No
sabes como te he esperado. Ya siento que no eres de mi agrado.
Nuevamente
me prepare para otro fin del mundo, compre 25 docenas de velas, 40 cajas
de fósforos y dos piedras por si se mojan los fósforos tener como hacer una
chispa, hice veinte mercados por si la
suerte me ayuda y resulto ser el único sobreviviente
de la especie humana.
Nuevamente
vendí la casa, la cual tendré que desocupar mañana un día después del final. Vi
los videos de los testigos de Jehová, me leí las profecías de Nostradamus, visite el facebook, invoque a
los Mayas.
Regale
a los niños pobres mis colecciones de cosas inútiles, un par de muebles, el
televisor, el computador y unos cuantas cosas mas... se que ya no serán útiles
para nadie, pero si el fin es oscuro con ellos seguramente podrán hacer una
gran fogata.
Envíe
mensajes cursis con caritas tristes por
internet a cada una de las personas que habitaron mi vida dándoles gracias,
pidiendo perdón y a uno que otro dedicándole
alguna mala palabra.
Ya
casi eran las doce y me encontraba solo
en mi cuarto como siempre, se escucharon Ruidos extraños, la soledad silbo su mejor
canción, el computador encendido dejo escuchar una musica que me hizo recordarte mi
bella princesa.
Tome
valor y con la escoba en mano he matado
los miedos que escondía bajo la cama, nuevamente llame a mi vecina del 2 piso para decirle
que la quería y la amaba con el corazón
que moría de ganas por hacerle el amor, me colgó el teléfono no sin antes tratarme de loco y pervertido. Me robe las
rosas del jardín de la señora Santamaría para adornar el cuarto, preparé un
pollo relleno con una deliciosa salsa de champiñones y me serví unas cuantas copas de vino en mi soledad, programe el reloj
despertador a las 12 de la media noche en punto para que sonara su
tipitipi - tipitipi y saber el momento exacto en que debía cerrar los ojos
para no ver el fin de los tiempos… bueno entre abiertos no podía perderme ni un
detalle de este otro final.
Nunca
aparecieron los monstruos, ni los Vampiros, ni mucho menos los marcianos en sus
lujosas naves, no llovieron rocas de fuego
me asomé a la ventana y pude contar mil luces moviéndose en un hermosos
cielo…Por un momento me emocione grite como loco… por fin esta vez si seria testigo de grandes cosas,
seguía mirando al cielo observando como cientos de luces danzaban en el cielo… eran estrellas borrachas
y ebrias que se movían en mis ojos gracias a la cantidad de vino que yo había bebido…
decidí acostarme entonces para evitar una estrellada contra la pared me dispuse
entonces a alinearme con mi almohada y mis cobijas y
dormir hasta la próxima mañana.
Al
despertar todo fue igual…Ahora entiendo los finales no existen... porque todo
continua, la vida misma continua en su progreso haciéndonos una invitación al cambio, a vivir con plenitud cada momento, a despertar
con alegría y a vivir centenares de principios
y celebrar cada nacimiento, cada idea, cada proyecto y cada sueño sin apegos, sin
prepotencias y con una sonrisa enorme en el rostro.