viernes, 8 de julio de 2011

el viaje

Me subí a este barco sin saber a donde va...solo porque te vi subir en el.
Observe a mi alrededor y solo estábamos los dos y pensé…
Que gran regalo el de la vida un barco para dos…

Aunque  no soy experto en la conducción de barcos…es decir solo en barcos de papel de los cuales fui capitán y marinero experto  de cien barcos navegados solo hundí tres y choque uno contra un enorme bloque de hielo en el vaso donde tomaba  licor papá.

Tome la decisión de Conducirlo,  rogue  al cielo para que el viento y el agua lo supieran guiar por el camino sin encontrar piratas, bloques de hielo, ni la marina... Te mire entonces y te note indecisa  fue cuando te grite No, no puedes bajar del barco linda pirata, te he nombrado capitana de mi embarcación para un viaje hasta el lejano  paraíso que nadie ha visto, ven  conmigo comencemos  la aventura deja tu espada pues la lucha solo será entre nosotros, deja que nuestras miradas jueguen a  acortar distancias y nuestros cuerpos bailen mientras el barco se  estremece en el  travieso mar...

Contaremos estrellas fugaces,  buscaremos el tesoro secreto que guardan nuestras almas y beberemos el vino de la gloria  para terminar dormidos en la proa del barco abrazados nuestros cuerpos bajo una cobija de cielo, una almohada de nubes y despertar con los cantos de las gaviotas extraviadas que buscan refugió en este barco.

Tampoco se nadar pero espero ser tu salvavidas en caso de naufragar…ay cosas que pueden aprenderse de inmediato cuando amas, dicen por ahí…como por ejemplo aprender a nadar.

Tu gritabas mientras bajabas del barco, mis oídos no te escuchaban, mi corazón se retorcía de saber que te marchabas sin emprender la aventura, tus gestos y miradas a lo lejos  no entendía...Pensaba entre mi y seguía soñando…
Si no vienes he de ir solo en este viaje y de regreso te traeré un regalo del paraíso lejano, tu te marchaste entre la gente, mientras el barco inicio su viaje  bajo una tormenta… jamás había visto tanta gente junto a un pequeño barco, tanta gente, bomberos, ambulancias, marineros.
Pero solo estaban allí para salvar aun pobre loco, soñador y sordo que se según dicen  se hundía  en una vieja lancha en el lago del parque mientras soñaba con el amor de su vida una linda pirata y olvidaba que no sabia  nadar  pero era feliz y  se reía en su locura mientras el agua le llegaba al cuello. Ese fue el cuarto barco que hundí.

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