En un principio solo eran un par de almas, dos cuerpos, una
sola mirada y unas manos jugando a
buscarse.
Hasta que se encontraron en un abrazo para juntase por fin en dos suspiros.
Se reunieron por fin
aquellos ojos que siempre se miraban tímidamente
tratando de manifestarse...
Sus bocas despedían
sonrisas traviesas, suspiros que escapaban y recorrían sus cuerpos de manera perfecta para no sentir miedo.
Sus cuerpos próximos colmaron
de magia aquel momento y un breve silencio les acompaño en un beso que
logro estremecerlos y un frió helado pero majestuoso les recorrió.
Sus manos querían
tocarse, abrazarse mas fuerte, hasta sentir el más infinito encanto…
Encanto que se rompió cuando por casualidad sonó el reloj de
la mañana y cada uno despertó del sueño
en su lugar de siempre, cada uno abrazando a su almohada aquella mañana y esperando el próximo
sueño para seguir conociéndose, para seguir arriesgando.
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